Equipables, propuesta para la palabra en español equivalente a "wereables".

Del diccionario de la RAE, primera acepción de la palabra equipar:

Proveer a alguien de las cosas necesarias para su uso particular, especialmente de ropa.

Y cuarta y quinta acepciones de la palabra equipo:

Conjunto de ropas y otras cosas para uso particular de una persona, y, en especial, ajuar de una mujer cuando se casa. Equipo de novia, de colegial, de soldado, etc.

Colección de utensilios, instrumentos y aparatos especiales para un fin determinado. Equipo quirúrgico, de salvamento.

 Así pues, resulta que como en otras ocasiones, ya existía una palabra en español que expresa perfectamente la idea, "equipable", "dispositivo equipable" que es precisamente un instrumento o utensilio que una persona lleva encima, lleva puesto.

Y si no nos convence, siempre podemos tirar del spanglish y quedarnos con "dispositivos engadchables".

Cruenta competencia tecnológica

Estamos viviendo una guerra tecnológica sin igual, hay quien dice que no es para tanto, pero si fabricantes casi sin competencia, como HTC en los últimos coletazos de Windows Mobile y en los albores de Android o Blackberry hace no mucho tiempo, y antaño intocables como Nokia pueden caer en un par de años, no recuerdo una época en la que los reyes de la tecnología pudieran cambiar tan fácilmente. Es una guerra en toda regla, en la que precios, márketing, imagen de marca, ecosistema y un largo etcétera incluyendo espionaje industrial, pueden alterar la contienda a favor de unos u otros en un lapso de tiempo más breve del que pudiéramos imaginar en un principio.

Esta guerra es en gran medida buena para el usuario, se crea una agresiva política de precios y los fabricantes se ven obligados a ofrecer hardware y software de calidad, reducir márgenes, innovar y hacer apuestas que normalmente no se atreverían a hacer. En el caso concreto de Nokia y Blackberry, se juegan literalmente su negocio a una carta, la adopción y creación (respectivamente) de un nuevo SO, una apuesta arriesgada sin duda y que no hubieran hecho de seguir en la posición dominante que ocupaban hace pocos años. De estas apuestas pueden surgir grandes fiascos como MeeGo, pero también surgió el iPod de la necesidad de Apple de no quedar fuera del negocio musical y nadie daba un duro por el reproductor de la manzana al principio. El resultado está claro que benefició enormemente al consumidor de a pie y a Apple más.
 

Pero no todo es bueno en esta guerra.

Geektember

Para los amantes de la tecnología este ha sido un mes realmente prolífico. Estoy escribiendo este post realmente más para mi que para otras personas, quiero que me sirva de recordatorio en un futuro, pues considero que esta "vuelta al cole" tecnológica ha sido una de las más fructíferas que recuerdo en cuanto a gadgets.

Se supone que los grandes meses del año tecnológico son Enero con el CES y Febrero con el MWC de Barcelona, pero la IFA Alemana y los eventos paralelos de los grandes de la industria han hecho que me olvide de aquellos eventos y me esté gustando cada vez más Geektember.

En un increíble final de Agosto y mes de Septiembre se han presentado sin parar una docena de productos que hacen que se nos haga la boca agua a los frikis de los aparatos. Todo comienza con la presentación el 29 de Agosto del Samsung Galaxy Note 2 y la Samsung Galaxy Camera. Después de sacar al mercado el Galaxy SIII y reventar todas las previsiones de ventas (como ya hiciera el año anterior con el SII), Samsung reclama nuestra atención presentando el sucesor del Note, el terminal tabletófono, el que abrió un mercado nuevo para los dispositivos con enorme pantalla capaces de realizar llamadas.

Historia de una Leyenda

Corría el año 1998, las revistas explotaban el filón de las ansias de los lectores, ávidos de información, sobre el considerado por multitud de personas y medios especializados como el mejor juego de la Historia a día de hoy. Había nacido el hype, sólo que en este caso las expectativas enormemente altas que multitud de personas y yo mismo nos habíamos formado se vieron incomprensiblemente superadas en una desproporción que en mi caso no ha conocido igual hasta hoy. Estoy hablando, cómo no, de “The Legend of Zelda: Ocarina of Time”, la obra maestra del Dios de los videojuegos Sigueru Miyamoto.